viernes, 19 de octubre de 2007

El temor a la Superpoblación


A lo largo de la historia, los hombres han reflexionado sobre diversos aspectos referentes a la población, algunas veces desde el punto de vista religioso, pero casi siempre desde el punto de vista económico. La pregunta reiterada es: ¿Cuál es el tamaño deseable de una población?


Thomas Robert Malthus
sostenía que la población tiende a aumentar en progresión geométrica (2, 4, 8,16), mientras que los recursos alimentarios aumentan en progresión aritmética (2, 4, 6,8…). Postulaba que sobre la población actúa la “ley restrictiva”. Esto significa que el aumento de la población estaría limitado por la disponibilidad de medios de subsistencia. Así, la limitación del tamaño de la población favorecería la situación económica de las clases trabajadoras, ya que permitiría una mayor disponibilidad de recursos.

En cambio, desde otra perspectiva, Kart Marx relacionaba el problema con las condiciones concretas de cada momento histórico. Para Marx, esa relativa superpoblación no sería consecuencia de un exceso de gente en relación con la disponibilidad de recursos. Vinculaba este desequilibrio al funcionamiento propio del sistema capitalista, que generaría una masa de población desempleada, que no podría acceder al uso de recursos.

A mediados del siglo XX, frente a la “Explosión Demográfica”, resugieron las ideas limitacionistas (neomaltusianismo). El neomaltusianismo, surgido en los EEUU considera que el gran incremento de población es causante de la pobreza y que una población tan voluminosa constituye un obstáculo para el desarrollo, puesto que la necesidad de invertir en servicios sociales no permite aumentar la renta per cápita. Así comenzó a gestarse una visión catastrófica del futuro de la humanidad, una de cuyas expresiones fue el Informe Meadows, de 1968.

Desde el Tercer Mundo, surgen posiciones contrarias a este estudio. Considerando que solo abordaba parte de la realidad, y no se mencionaban aspectos como la guerra, el colonialismo, y otros factores causantes de crisis, como también omitían factores socioculturales que influyen en la natalidad. Se afirmaba que el crecimiento demográfico no es la causa de la pobreza ni de la degradación ambiental, sino la consecuencia de ambas situaciones y que la principal amenaza de que se agoten los recursos no es el consumo de subsistencia de los pobres, sino del derroche de las sociedades ricas.

Geografía 1, Ed. Estrada: “Superpoblación: La historia del temor a la Superpoblación”

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